El tema de la caducidad de los medicamentos siempre ha sido bastante controvertido, la pregunta del millón: ¿se pueden usar después de la fecha de caducidad?
La fecha de caducidad de los medicamentos es el límite en el que las agencias reguladoras y las compañías farmacéuticas aseguran su estabilidad fisicoquímica y eficacia, normalmente dos o tres años desde su fabricación. Después de que “expire” esta fecha de caducidad no podemos asegurar que estos medicamentos sean eficaces, en base a estudios, pero tampoco que no lo sean. En EEUU se ha estimado que a nivel hospitalario los medicamentos caducados pueden suponer unas perdidas de 800 millones de dólares al año, eso sin contar farmacias de calle y atención primaria.
En 2015 en la revista de la prestigiosa Clínica Mayo de Minnesota “ Mayo Clinic Proceedings” se publicó un artículo llamado "Extending Shelf Life Just Sakes Sense", que abordaba este tema, sugiriendo que a las farmacéuticas se les podría requerir establecer una fecha de vencimiento preliminar y luego obligarlas a actualizar la fecha de caducidad de los medicamentos con pruebas a largo plazo. Los organismos regulatorios, la FDA en EEUU, también podrían hacerlo. Sobre todo en los medicamentos de almacenaje en farmacias (hospitalarias, comunitarias o de atención primaria) donde la buena conservación de los mismos está asegurada. De hecho en España hemos vivido en los últimos años un caso inusual al respecto. Debido a la pandemia de gripe A en 2009-2010 se elaboraron muchos comprimidos de oseltamivir por parte del ejército y su caducidad se ha ido ampliando año a año por parte de la agencia española del medicamento sin aparentes problemas.
Este tema ha estado de actualidad en los últimos días en la prensa norteamericana porque dos investigadores de California (Gerona and Cantrell) han analizado envases de medicamentos olvidados en la trastienda de una pequeña farmacia que tenían en torno a 30 o 40 años de antigüedad encontrando en muchos principios activos una actividad similar a la que tendrían si hubiesen sido fabricados ahora. Estos mismos investigadores ya publicaron en 2012 un artículo sobre este tema recomendando la utilización de muchos medicamentos caducados. En este sentido un estudio en 2006 sobre 122 medicamentos también demostró que la mayoría eran estables después de su fecha de caducidad.
Las preguntas son:
¿Nos podemos permitir “tirar a la basura” medicamentos que aunque se supone que están caducados se pueden utilizar sin problema?
¿Quién se encarga de garantizar este aumento de caducidad… los organismos oficiales, la industria farmacéutica?
¿Merece la pena ocuparnos de este tema?
Si tenemos en cuenta las cifras americanas, la respuesta a esta última pregunta es claramente si.