En el último número de la prestigiosa revista médica The Lancet se publica un artículo que pretende llamar la atención sobre lo que podría ser un problema emergente: las lesiones en muñecas y dedos asociadas al uso abusivo del móvil, más concretamente a los teléfonos inteligentes y sus adictivas aplicaciones. Y se propone un nombre de lo más resultón:
whatsappitis, en referencia a una de las apps de mensajería instantánea más populares.
En el texto, se describe el caso de una médica de Urgencias que, tras finalizar su turno, acabó de vuelta en su lugar de trabajo pero como paciente, debido a un súbito dolor en las muñecas aparecido al despertar por la mañana. Durante el examen, en el que se manifestó una importante molestia al mover los pulgares, la paciente explicó que no tenía antecedentes de traumatismos en la zona y que “no había participado en ninguna actividad física excesiva en los días anteriores”.
La paciente estaba embarazada de 27 semanas, por lo que no se le pudo realizar una radiografía y, además, alejaba la posibilidad de utilizar determinados fármacos. La dolorida doctora había estado de guardia durante la Nochebuena y, tras colgar la bata blanca en su taquilla, se dispuso a responder a todos los mensajes que le habían enviado por medio de WhatsApp con motivo de esa festividad.
“Sujetó el teléfono móvil, que pesaba 130 gramos, por lo menos durante 6 horas”, explica en este artículo la doctora Inés Fernández Guerrero, del Hospital Universitario de Granada. Y añade algo que cabía suponer: “Durante este tiempo, realizó movimientos continuos con ambos pulgares para enviar mensajes”. El diagnóstico para este dolor en las muñecas, asociado a la tendinitis en los pulgares, fue el que da nombre al texto publicado en The Lancet: whatsappitis.