Rara vez suelo escribir de deportes por aquí pero hoy me apetece. Hoy se hace pública la noticia de que Jose Manuel Calderón no volverá a la selección española de baloncesto y la red está que ruge en agradecimiento a su magnífica labor. Me apetece contribuir desde este humilde blog a ese reconocimiento.
Calderón ha conseguido 8 medallas en todo este tiempo, nos ha hecho disfrutar mucho, pero ante todo nos ha dado varias lecciones de trabajo en equipo, liderazgo y motivación que bien podrían valer para cualquier área profesional. La última lección ha sido en los pasados juegos olímpicos de Rio, donde apenas jugó minutos, pero lejos de desfallecer, cabrearse u optar por una actitud pasiva, estuvo ahí en todo momento, animando desde el banquillo como el que mas y dando la talla en los minutos que le otorgaron.
Calderón es un grande, ejemplo de valores que se deberían desarrollar en cualquier práctica profesional: compromiso, deseo, solidaridad, generosidad… y un largo etcétera.
Pero se que Calderón es un grande porque he tenido la suerte de tenerle cerca varias veces cuando vivía en Don Benito (pueblo contiguo a Villanueva de la Serena, de donde es oriundo Calderón) y he comprobado su humildad, su generosidad y su elegancia de cerca, esa que solo tienen los grandes de verdad. Quiero a mucha gente así en mi equipo, en mi hospital, en mi vida.
Afortunadamente seguiremos viendo a Calderón jugar en la NBA, este año en Los Angeles Lakers, pero sin duda le echaremos de menos en esos apasionantes partidos de la selección española.
Seguimos “Calde”!!
(Foto: Con mi pequeña de añito y medio en brazos y Jose Manuel Calderon en 2010.)