Llevo unos cuantos años ya en esto y unos cuantos hospitales y me atrevería a decir que “el hospital en verano se quema”.
No creo que exista ningún estudio en España que determine los resultados en salud dependiendo de la estacionalidad, pero es algo para revisar. Al parecer dicho problema es algo generalizado, lo que lo sitúa como un problema de gestión sanitaria universal. En EEUU se habla de un “efecto julio” achacado especialmente por la entrada de nuevos residentes y facultativos sustitutos. En Reino Unido de un “efecto agosto” y aquí no se si podríamos juntar los dos meses y añadirle parte de septiembre.
El caso es que la bajada en bloque de facultativos que no se sustituyen, el cierre de camas (incluso plantas de hospitalización), personal de enfermería nuevo en sitios donde no ha trabajado nunca, administrativos nuevos con mas corazón que cabeza, pacientes con “periodos ventana” y una larga lista de vicisitudes resultan un campo difícil de lidiar día a día.
El resultado, muchos errores en los procesos (aquí podríamos estar hablando largo y tendido), aumento de prescripciones de medicamentos controlados durante el resto del año, aumento de infecciones, faltas, descontrol, situaciones impredecibles…caos.
No nos damos cuenta pero justamente en verano con “la calor” no podemos dejar los hospitales a pleno sol sin protección, porque inevitablemente se queman.
No nos damos cuenta pero justamente en verano con “la calor” no podemos dejar los hospitales a pleno sol sin protección, porque inevitablemente se queman.
No hay comentarios:
Publicar un comentario