En todos los hospitales en donde he estado se cumple este requisito: “la comida es horrible”, parece un denominador común, da igual la cafetería de personal, la de los acompañantes o la comida de los pacientes. Da igual el desayuno, la comida, la cena, un simple café, un sándwich o cualquier cosa.
Podría contar varias anécdotas que he vivido a lo largo de mi trayectoria hospitalaria en la que están involucrados insectos, suciedad, cigarrillos o insecticidas, pero creo que “podrían herir la sensibilidad del lector”. En cualquier caso la situación suele ser bastante lamentable, no quiero meter a todos en el mismo saco, pero desgraciadamente, por experiencia o referencias, en la inmensa mayoría de los casos es así.
Maikel lo deja claro en una viñeta de su famosa “Seguridasosiá”.
Visto en El jueves
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