La semana pasada llegaba un paciente a recoger medicación que le habían pautado en un hospital de Madrid acompañado por este pequeño “informe”. El paciente para dar mas énfasis comentaba que le teníamos que dar “el verdadero”.
Por un momento parecía Marty McFly en el pasado, quizás veinte años atrás, buscando desesperadamente el DeLorean para volver al presente.
Muchos creíamos que habíamos dicho adiós a la polémica de los genéricos, ya muy superada por el tema de moda, los biosimilares. Pero esto sigue pasando a finales del 2017 e incluso dejando testimonio por escrito, no a nivel individual, pero si bajo el nombre de una unidad clínica de un prestigioso hospital madrileño que he querido omitir por razones obvias.
Lo peor de todo es la inseguridad que transmitimos al paciente y el callejón sin salida en el que nos encontramos nosotros, su hospital de cabecera.