Cajero automático de dispensación de medicamentos en EEUU |
En el mundo farmacéutico se han creado dos posturas
bien diferenciadas, por un lado los que no les gusta la iniciativa y según he leído
por ahí creo que aquí se incluyen la mayoría de farmacéuticos no hospitalarios
y muchos farmacéuticos de hospital con una postura más orientada a que el
pequeño trato personal, aunque no aporte valor clínico, es siempre más
beneficioso para el paciente que una máquina. Por otro lado los que están a
favor, representada fundamentalmente por jefes de servicio/sección hospitalarios
que resaltan la mejor gestión del medicamento y disminución de costes siempre,
utilizados en pacientes muy seleccionados.
Yo por añadir algo más de confusión al tema, quiero
plantear algunas dudas:
Creo que somos los únicos profesionales sanitarios
que nos hemos empeñado en solucionar el aumento de carga asistencial a golpe de
automatización Muchos servicios de Farmacia Hospitalaria empiezan a requerir
entre sus facultativos más conocimientos tecnológicos, logísticos e
informáticos que clínicos. El número de pacientes crónicos aumenta año a año. Las
consultas de especialistas médicos también sufren este revés y se llenan de
revisiones, donde muchas veces se aporta muy poco clínicamente. Y que yo sepa
nadie piensa en automatizar estos procesos. Quizás existan otras soluciones.
Al fin y al cabo todavía no sabemos lo realmente importante
de todo este asunto: ¿Qué piensan realmente los pacientes de todo esto?.
Desconozco si el Gregorio Marañon dispone de algún tipo de encuesta realizada
al respecto o la va a hacer, pero desde luego sería muy interesante disponer de
esta información. Aquí estará el inicio y el final de todo. Si los pacientes
están satisfechos con esta medida, muchos farmacéuticos pensarán que todavía no
hemos sabido generar demanda en la población. Otros pensarán que la medida
además de satisfactoria para el paciente permite una mejor gestión de personal
y costes, centrándote solo en pacientes diana. Y viceversa. En cualquier caso
esta opinión será la realmente importante.
También sería muy interesante saber que piensan
otros profesionales sanitarios, gestores o administradores y no centrarnos,
como casi siempre, en un debate monográfico del sector farmacéutico.
Yo por mi parte, claro que quiero ahorro de tiempo y
costes en los procesos pero, hoy por hoy, no me gusta dejar la atención directa
a pacientes en manos de máquinas. Además el mensaje puede llegar bastante
distorsionado a la población.
Por cierto este tema ya lo tocamos varios blogs,
incluido este hace un par de años, la idea viene de EEUU, claro que allí los “cajeros
automáticos” de medicamentos están dentro de los supermercados y es otra
película muy diferente.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe parece muy acertado el análisis, tanto los pros como los contras. Mi postura siempre ha sido defender la medicina personalizada entendida como que cada paciente necesita "su" medicamento y "su" atención individualizada. Por eso me daría coraje que nuestros jefes y gestores, como tú dices, vean en este tipo de máquinas la solución a todos nuestros problemas de tiempo y de personal. Por supuesto que pueden ser útiles si se aplican a determinadas personas que pueden verse beneficiadas de ellas, pero habrá que definir, como tú dices, quiénes son y quién lo va a decidir (¿los pacientes, los médicos, los farmacéuticos o todos, que sería lo correcto?). Muchos de los tratamientos dispensados tienen dificultades para la adherencia, efectos adversos, interacciones, etc a los que los profesionales tenemos que estar atentos y en los que tenemos que acompañar al paciente para que aprenda a manejarlos. ¿cómo se resuelve esto? ¿será capaz la máquina de detectar al menos estos problemas o de hacer ver al paciente la importancia de consultarlos? Quizás otras medidas como la mejora en la gestión de las citas o la delegación de funciones en otro tipo de personal formado fueran más acertadas. Hasta hace un tiempo pensaba que la medicina basada en la evidencia y en la eficiencia había sido superada y perfeccionada en lo que se llama la medicina centrada en el paciente; espero que la crisis no nos obligue a volver hacia atrás.
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