Cuando trabajaba en Andalucía viví el nacimiento de la Gestión Clínica entendida esta como un proceso de diseño organizativo que permite incorporar a los profesionales en la gestión de los recursos utilizados en su propia práctica clínica.
En las Unidades de Gestión Clínica la actividad se desarrolla de acuerdo a diferentes objetivos, entre los que destacan: fomentar la implicación de los profesionales sanitarios en la gestión de los centros, reforzar la continuidad asistencial entre ambos niveles de atención, mejorar la organización del trabajo y elevar la satisfacción de los pacientes.
Creo que la “filosofía” de la gestión clínica es adecuada pero a la hora de la verdad difícil de llevar a cabo por directores y gestores que intentan al final dirigir el rumbo de manera externa, a veces, con criterios inciertos y sin saber verdaderamente los resultados.
Mientras se cumplan los objetivos pactados creo que las gerencias (hablo mas por el sector público, creo que quizás en el privado esto se minimice) deben de ser flexibles y dejar campo de actuación a los servicios clínicos en organización y horarios. Lo siguiente es buscar la satisfacción de los profesionales y eso se debe hacerse desde dentro. Al final todo redundará en mejor atención a los pacientes y una mayor eficiencia, objetivos básicos de la asistencia sanitaria.
Creo en una gestión clínica real para los profesionales y servicios clínicos, creo que es el camino, y no meros sucedáneos.
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