El otro día me encontré por casualidad en twitter, siguiendo la crítica de un farmacéutico de oficina de farmacia, con la aplicación móvil “Telefarmacia”. Una app en la cual podemos encargar que los medicamentos nos lleguen a casa sin ir a la farmacia. Esta app es gratuita para los asociados a FAMMA (Federación de asociaciones de personas con discapacidad física y orgánica de Madrid) y para el resto cuesta de 1 a 3,5 euros, dependiendo de la urgencia.
Sin duda alguna la sociedad cambia y esto es un problema que nos encontramos en todos los ámbitos de la farmacia (comunitaria, primaria, hospital). Pacientes que les cuesta ir físicamente a la farmacia, con problemas de movilidad, lejanía o simplemente que no tienen tiempo por una razón u otra.
Está claro que, o lo hacemos desde dentro los farmacéuticos e intentamos establecer circuitos donde no perdamos a los pacientes y les podamos monitorizar y aconsejar, o perderemos un valor añadido importante sobre el paciente. Nos guste o no, en un tiempo donde TODO nos lo traen a casa es incluso arrogante pensar que los medicamentos estén fuera de esta vía. Lo que tenemos es que adelantarnos, establecer nosotros (los profesionales) los procesos donde se garantice la adecuada conservación y trazabilidad y donde no se pierda el asesoramiento farmacoterapéutico…ya estamos tardando.
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