domingo, 16 de septiembre de 2018

¿Cuándo nos atreveremos con una atención primaria virtual en sanidad?

Hace ya bastantes años que leo el blog de Jay Parkinson. Jay es un médico de atención primaria de Nueva York, coetáneo, con cierto aire hipster y cara de chaval majete que todos querríamos tener como colega. Pero Jay por lo que destaca es por su inquietud e incursión en el mundo digital y creación de aplicaciones móviles y plataformas destinadas a mejorar la atención sanitaria desde hace tiempo. En 2012 creó SHERPAA, lo que podríamos definir como una plataforma de acceso a multitud de médicos que pueden dar solución a distancia a gran parte de nuestros problemas sanitarios más básicos. SHERPAA se define como una plataforma de atención primaria virtual, su lema “Modern care from great doctors”.

Jay lleva tiempo hablándonos de las bondades de su criatura (SHERPAA) y que son fáciles de adivinar, atención sanitaria instantánea a golpe de móvil allí donde estés, médicos “personalizados” y que conocen perfectamente tu historial, resultados a golpe de click, accesibilidad, comodidad y, en definitiva, calidad de vida. 

Pero Jay nos habla también de algo muy importante en este nuevo tipo de asistencia sanitaria y es de eficiencia y ahorro. Crucial en Norteamérica para el paciente que es quien directamente paga su asistencia sanitaria. (Aquí como parece que la sanidad es gratis y no la paga nadie…). Jay lleva tiempo diciendo a los pacientes que el 80% de los problemas sanitarios que demandan (nada más y nada menos) se pueden solucionar online con una visita virtual pagando bastante menos que por acudir físicamente a la consulta de un médico. Y es que cuando hablamos de dinero el tema debe cuadrar y ya llevamos unos años donde las compañías sanitarias privadas como Sanitas o Asisa empiezan a meterse en este mundo de la atención primaria virtual.

A nivel público tenemos algunas experiencia en telemedicina de consultas de especialista y centros de salud pero¿ para cuando una atención primaria virtual?. Los abarrotados centros de salud lo iban a agradecer y muchos pacientes también. Al fin y al cabo a nadie le gusta estar horas y horas esperando en una sala de espera donde el de un lado está tosiendo y el del otro está dando golpes constantemente a la silla, fruto de la impaciencia que genera la espera.

Mientras tanto seguiré leyendo al “visionario” de Jay, aunque tengo que reconocer que me gustaba mucho más al principio, ahora lleva ya años donde la mayoría de posts están dedicados a hablar de “su libro”, por otro lado normal.

miércoles, 27 de junio de 2018

En el caso de los medicamentos "tranquilidad, no consuman lo que escuchan..."

El otro día en consulta uno de nuestros pacientes que venía a recoger medicación para la esclerosis múltiple me hizo una pregunta sobre una noticia que había visto en la televisión (en concreto antena 3) sobre la cladribina, uno de los últimos fármacos comercializados para esta patología.

Este tipo de preguntas no es nuevo, viene acompañado de un sentimiento esperanzador que creo que es positivo y de otro podríamos denominar negativo de precipitación o angustia que se traduce en quiero acceder al fármaco ya, el mío no me resulta efectivo.

Intenté explicarle lo mejor que pude la situación siempre desde un punto de vista tranquilizador, el clásico ejemplo de no gastar “munición farmacológica” antes de tiempo y de dar los pasos poco a poco y de manera ordenada. El paciente resolvió algunas de sus dudas y salió de la consulta con una visión mas real de la situación.

Como no había visto la noticia en el telediario me dio por buscarla y contrastar la información. El título de la noticia ya da para un comentario de texto “Ya a la venta un fármaco que consigue “normalizar” durante cuatro años el día a día de los pacientes de esclerosis múltiple”

Pero me centraré en algunos temas más técnicos. El fármaco solo está aprobado para esclerosis múltiple recurrente muy activa clínicamente. Por su puesto, no cura la enfermedad, lamentablemente todavía no se ha conseguido ese objetivo. Su efectividad se basa en el posible control de los brotes. Evidentemente no está exento de efectos adversos, procesos infecciosos, alteraciones hematológicas o incluso la aparición de neoplasias malignas pueden ser algunos de ellos. Y por último uno de sus puntos fuertes y en lo que basan la “normalización” del día a día del paciente es por su forma de administración que apenas dura unas semanas y se habla de hasta cuatro años sin tener tratamiento. Sin embargo ya hay otras alternativas que presentan una posología similar que permite “vacaciones terapéuticas” durante un largo periodo de tiempo y en espera de datos en vida real, los ensayos nos dicen que del 20-30% de pacientes necesitan retratarse antes de esos 4 años.

En definitiva no estoy en contra de noticias sobre novedades terapéuticas en medios de comunicación masivos, siempre que sean rigurosas, presenten el lado positivo y negativo, así como moderen las expectativas creadas, algo que solemos hacer los que nos movemos en el mundo del medicamento.

Al paciente gracias por “dudar” y preguntar. Y acabo con estas palabras que a más de uno le sonarán "tranquilidad, no consuman lo que escuchan..."

miércoles, 20 de junio de 2018

Hospitales pequeños y grandes

Hoy he formado parte de un tribunal para acceder a una interinidad de mi especialidad en un hospital de 100 camas. Las preguntas, bastante abiertas, versaban sobre tratamientos biológicos en algunas patologías. Sin duda, el tema de los anticuerpos monoclonales se han convertido en el top de la farmacología hospitalaria.

La mayoría de “aspirantes” han sido jóvenes, algunos recién terminada la residencia, como era de esperar. Parece que volvemos a tener algo de oxígeno con las ofertas de empleo y la mayoría de compañeros de algún u otro modo están trabajando.

Mi sorpresa ha sido cuando a un par de personas al finalizar la entrevista, quizás de las más jóvenes, al parecer asombradas por la complejidad de las preguntas hacían un comentario que venía a decir que no se esperaban unas preguntas tan técnicas para el hospital al que accedían (de 100 camas).

Esta circunstancia me ha dado que pensar, todos solemos hacer la residencia en hospitales mas o menos grandes, estamos acostumbrados a tener servicios de referencia y a grandes consultores a quien acudir, pero en la mayoría de los casos esto no es la vida real. Si eres de los que piensas que por acceder a un hospital pequeño todo es mas fácil, te diré que justamente es al contrario. En un hospital pequeño sueles estar solo, tratar multidisciplinarmente todas las áreas y requiere el máximo conocimiento y gestión por tu parte.

Jóvenes compañeros que accedéis a entrevistas en diferentes hospitales, recordad que no hay hospitales “grandes” y hospitales “pequeños”, hay personas “grandes” y personas “pequeñas”. Intentad estar siempre, con vuestro conocimiento, esfuerzo e ilusión en el lado de las personas “grandes” independiente del hospital donde estéis, si no es que no habéis entendido nada de la profesión en cuatro años de especialidad.

martes, 12 de junio de 2018

Efectos de la comunicación empática y positiva en la salud

Una revisión sistemática y meta-análisis publicado recientemente sobre veintiocho ensayos ratifica lo que ya intuíamos; comunicar con empatía y positividad mejora los resultados en salud de los pacientes.

Los estudios demostraron que los médicos que usan lenguaje positivo reducen el dolor del paciente de manera similar a algunos medicamentos. Otros beneficios demostrados con la utilización de comunicación empática y mensajes positivos fue mejoría en los síntomas relacionados con la enfermedad de Parkinson, aumento de la capacidad pulmonar en pacientes con asma, incluso reduciendo la cantidad de medicamentos utilizados, reducción del dolor, disminución de la estancia hospitalaria y aumento de la satisfacción del paciente y la calidad de vida.

La forma en que un mensaje positivo parece ayudar tiene su explicación biológica a través de la generación de endorfinas. Así que si eres profesional sanitario agregar una dosis de empatía probablemente potencie el efecto de los medicamentos sin añadir ningún efecto adverso. Para algunos pacientes seguramente esta dosis de empatía es lo único que necesiten.

Empecemos…

domingo, 10 de junio de 2018

Batas blancas para la oveja negra

El mes de mayo fue el mes de la seguridad. La primera semana celebrábamos en el hospital, un año mas, el día de higiene de manos, método sencillo, barato y que evita múltiples infecciones en los pacientes. Asistimos a múltiples charlas referidas a la seguridad en procesos, técnicas, medicamentos, infecciones, pacientes…

Sin embargo siempre me llama la atención la escasa, prácticamente nula, atención de los profesionales sanitarios con la indumentaria y su mas que demostrada transmisión de infecciones nosocomiales en los pacientes. Es algo que casi nunca se nombra. Hace ya mas de diez años que en Reino Unido se prohibió el uso de batas blancas “tradicionales” por su mas que demostrada transmisión de gérmenes sobre todo en las mangas y empuñaduras, sustituyéndolas por indumentaria de manga corta.

Es verdad que el lavado de manos es la base y seguramente el uso inadecuado del mismo es el que mas va a contaminar la misma ropa, pero no estaría de más recordar en estas sesiones que:

Se renueve y lave la indumentaria hospitalaria frecuentemente.

Que no se saque la ropa del hospital, no se lleve a casa a lavar…en este sentido se ve de todo, personal que vive muy cerca del hospital y va y viene con el pijama hospitalario, incluso alguno en algún bar cercano al hospital con la bata encima.

No acudir a la cafetería con ropa de quirófano y otro sin fin de recomendaciones que aunque parezcan obvias no se llevan a cabo y podrían evitar alguna que otra infección nosocomial.

Las infecciones se han convertido en la mas temida oveja negra del hospital, cualquier precaución es poca, promovamos la cultura de la “bata blanca”.

domingo, 29 de abril de 2018

La lucha de los medicamentos “antiguos”

Hoy en día, cuando metemos en una coctelera medicamentos, costes, comercio y acceso, casi siempre nos sale el mismo resultado, los medicamentos biológicos y su adlátere los biosimilares.

Sin embargo alguna que otra batalla se está librando con medicamentos que llevan mucho tiempo entre nosotros, han perdido la patente y dejan de ser rentables para los laboratorios. Es habitual ver como principios activos que comercializaban muchos laboratorios de repente quedan reducidos a un solo laboratorio. En el “mejor” de los casos se soluciona con una retirada del descuento inicial del medicamento prácticamente en monopolio. En el peor de los casos surgen desabastecimientos y los consiguientes problemas de disponibilidad. En algunos casos hay que recurrir a medicación extranjera, en otros casos a alternativas terapéuticas y casi todas las soluciones tienen de nuevo un aumento de coste en el proceso para el hospital.

Al parecer esta guerra con los medicamentos “antiguos” es mundial y hace unos meses se hacía eco de la noticia el New York Times. Al parecer los hospitales estadounidenses sufren desabastecimientos que se suelen resolver con un incremento de costes en los mismos. Evidentemente allí las reglas del juego parecen diferentes, los hospitales aumentan el coste que el paciente directamente paga de su bolsillo (igual que aquí, pero el efecto de pagarlo con impuestos a pagarlo directamente cambia sustancialmente).

Una de las soluciones que se plantean los americanos es ponerse de acuerdo múltiples hospitales para formar su propia “compañía farmacéutica” y hacer frente a los altos precios que están sufriendo estos medicamentos “antiguos”, evidentemente, algo imposible por aquí.

En cualquier caso un problema que en países como el nuestro, donde la sanidad es “universal y gratuita”, debe mantener los ojos abiertos a las agencias reguladoras y sobre todo no permitir los desabastecimientos de medicamentos esenciales como extorsión comercial.

lunes, 9 de abril de 2018

¿Quieres saber cuánto vas a vivir?

Las aplicaciones de la tecnología y la salud empiezan a ser infinitas. 

En el estudio "Extracting biological age from biomedical data through deep learning: Too much of a good thing? publicado recientemente en Nature se han relacionado biomarcadores digitales obtenidos de sensores portátiles con el envejecimiento. Se trata de utilizar inteligencia artificial y crear patrones que determinen el devenir clínico. Muchos parámetros fisiológicos demuestran estrechas correlaciones con la edad. La metilación del ADN o la expresión génica podrían usarse para construir "relojes biológicos" precisos para obtener la edad biológica individual y la tasa de estimación del envejecimiento. 

Los autores del estudio a raíz de los resultados del mismo desarrollaron una aplicación móvil (Gero Lifespan) que estima la esperanza de vida de cada individuo, ahí es nada...

Merece la pena echarle un vistazo al estudio y comprobar que empieza a ser posible aquello que solo imaginamos en películas de ciencia ficción.

miércoles, 4 de abril de 2018

Los medicamentos también son arte


Linton Meagher, es un médico y artista que pone la medicina directamente en su arte mediante la utilización de objetos como medicamentos, escalpelos e incluso implantes mamarios de silicona como medio de creación. 

Su trabajo es hermoso y fluido desde lejos, pero de cerca es difícil no estremecerse ante los cientos de filos de bisturís o comprimidos que componen su lienzo. 

Lex artis. 

Más información en lintonmeagher.com

lunes, 2 de abril de 2018

Programa de optimización de antibióticos: réquiem por un sueño.

¿Por qué no se apuesta por proyectos que funcionan a nivel hospitalario?. Después de muchos años en esto sigo sin tener una respuesta clara, pero sigue pasando. La impresión es la de siempre, énfasis por gestionar lo que se “vende” políticamente y desconocimiento del mundo hospitalario, en donde parece que lo único que interesa es la sempiterna lista de espera quirúrgica. 

El enésimo fracaso que sufrimos por aquí es el “programa de optimización de antibióticos – PROA” que tan buenos resultados estaba dando en nuestro hospital y del que formaba parte activa mi servicio. 

Muere por inanición, por falta de inversión institucional. Es de las pocas veces que he visto que un programa recibe por parte del resto de servicios clínicos cartas de apoyo para evitar que no se cierre. 

Y la verdad lo puedo sentir por la pérdida de calidad en la prescripción de antibióticos, por los pacientes o por la “ecología microbiana” del hospital. Pero sobre todo lo siento por el magnífico equipo que se formó, coordinado, comprometido y motivado. Y a estas alturas puedo decir que eso es lo más difícil en estos tiempos. 

Espero que la situación se reconduzca pero, hoy por hoy, la cosa pinta mal y el proyecto PROA muere (de éxito) en Cáceres, aunque parezca mentira.

PD: Este post lo escribí hace mas o menos un mes y lo quise dejar "macerar", imagino que esperando una solución al respecto. Pasado el tiempo todo sigue igual. Ahora que vuelvo a ver aumentar el consumo general de antibióticos en el hospital (sobre todo los de amplio espectro), vuelvo a ver tratamientos con meropenem de mas de 20 días, duplicidades de antibióticos,  por poner algunos ejemplos, y el hospital se vuelve a sumergir en la mala utilización de antibióticos que nos antecede, puedo casi certificar la muerte del PROA.
D.E.P.

martes, 20 de marzo de 2018

La TV y el cáncer de colon


Según un estudio publicado recientemente en British Medical Journal ver la televisión más de cuatro horas al día incrementa el riesgo de sufrir cáncer de colon. 

El estudio se realizó en más de medio de millón de personas y curiosamente se encontró causalidad en los hombres pero no en las mujeres.

El mensaje es sencillo, y antiguo, y lo podemos trasladar a otros factores de riesgo y enfermedades: 

¡NO A LA VIDA SEDENTARIA!

miércoles, 14 de marzo de 2018

La insoportable medicalización del ser


La semana pasada un cardiólogo de mi hospital subía esta foto a una red social, poniendo de manifiesto el ensañamiento terapéutico que sufren algunos pacientes.
En la foto el tratamiento con el que el paciente llegaba a la consulta y tachado lo que el cardiólogo suspendió al paciente.

Duplicidades, ya sea de principio activo o grupo terapéutico, interacciones, medicamentos con bajo valor terapéutico…el tratamiento no tiene desperdicio. Causas: nula coordinación primaria-especializada, falta de revaluación de los tratamientos, sistemas informáticos que te permiten “copia y pega” arrastrando toda la medicación anterior sin revisarla, poco interés por el tratamiento farmacológico de algunos profesionales sanitarios, poco tiempo asistencial y un sinfín de motivos que acaban con una devastadora polifarmacia que se retroalimenta.

Por acabar de manera elegante diré: mucho por hacer en este campo en donde tenemos que involucrarnos todos los profesionales.

jueves, 1 de marzo de 2018

Conciliación del tratamiento farmacológico

La conciliación del tratamiento farmacológico se define como el proceso formal de valorar el listado completo y exacto de la medicación previa del paciente conjuntamente con la prescripción farmacoterapéutica después de la transición asistencial. La complejidad del paciente polimedicado, común hoy en día, hace que esta población sea un grupo de riesgo para sufrir errores de conciliación. Pero la conciliación farmacológica es un proceso horizontal, independiente del tipo de paciente.

Es un viejo problema, en parte resuelto por quien dispone de receta y prescripción electrónica, pero que sigue dando problemas. Todos los profesionales sanitarios tenemos que involucrarnos en esto. Los servicios de farmacia hospitalaria hace tiempo que trabajamos día a día en la ardua tarea de la conciliación farmacológica, importante función para la seguridad del paciente.

Hace unas semanas en mi hospital…


martes, 27 de febrero de 2018

Sanidad "gratuita", ¿valoramos lo que tenemos?

Hace poco veía por la red esta interesante infografía de @yo_doctor  sobre ¿Cuánto cuestan las urgencias en España? Y por qué deberíamos cuidarlas en unos pocos ejemplos. 


Y es que realmente, por lo general, no sabemos valorar los servicios sanitarios. Esa falsa sensación de que la sanidad es gratuita. (digo falsa porque corre a cargo de todos los impuestos que pagamos rigurosamente, entre otras cosas)

Todos los días salen de la consulta externa de farmacia de mi hospital pacientes con medicamentos cuyo importe total ronda los 70.000 euros. Si, todos los días, y en un hospital medio, por lo que de aquí podemos empezar a extrapolar si nos referimos a hospitales más grandes. Aun así, seguimos teniendo casos de…”se me olvidó meter la medicación en el frigorífico…”, “…se me ha congelado la medicación porque la dejé en determinado sitio del frigo…”, “…he perdido la medicación o no sé dónde la he dejado…” o simplemente “…no me he tomado la medicación, pero vengo a por mas…”…

Y el mensaje es el mismo que la infografía: ¿valoramos los medicamentos “gratuitos” que se dispensan en el hospital?. La respuesta, como en casi todos estos asuntos es “a veces”.
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