Esta es la pregunta que se hace un artículo publicado esta semana en JAMA.
La inteligencia artificial está (y estará) en manos de médicos y pacientes indistintamente ayudándolos en múltiples tareas, diagnóstico, autogestión, tratamientos, triaje, calidad de vida...
En definitiva el artículo habla de tres componentes de la relación médico-paciente que pueden ser afectados tanto de manera positiva, como negativa:
Competencia: La IA puede actuar positivamente en la confianza si mejora la capacitación de médicos y la autogestión y decisiones en salud de los pacientes. Pero lo hará negativamente si la IA es inexacta o sesgada o bien entra en conflicto el criterio médico y la autonomía del paciente.
Motivo: Se refiere a la confianza del paciente en que el médico actuá solo por el interés del paciente. En este sentido la IA puede entablar un camino positivo o negativo.
Transparencia: La IA puede permitir a los pacientes comprender que las decisiones clínicas se basan en evidencia clínica y consenso de expertos. Pero también la IA que no explica la fuente de las recomendaciones (caja negra) puede erosionar la confianza.
Preparándonos para el futuro
La conclusión del artículo es que la Inteligencia Artificial va a afectar a la relación médico-paciente. Tenemos que encontrar el camino en el cual mientras se desarrolla la IA, cada vez con mas fuerza, la relación médico-paciente se fortalece.
Por ahora tenemos que estar tranquilos. (I´m easy...)
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