Poco a poco vamos encontrando estudios, todavía con cuentagotas, que nos hablan de la utilización de las redes sociales por parte del personal sanitario.
En este caso se trata de un estudio publicado recientemente en BMJ titulado “Virtual colleagues, virtually colleagues—physicians’ use of Twitter: a population-based observational study”. En este estudio, el objetivo fue investigar si se había producido comportamiento no ético o no profesional en la población de médicos de habla sueca y estudiantes de medicina, en la red social Twitter. Se analizaron 237 cuentas pertenecientes a médicos y estudiantes de medicina. En el estudio se observaron posibles violaciones de la privacidad del paciente y otras violaciones de la ética médica. Los hallazgos subrayaron que todos los médicos y estudiantes de medicina deben tener en cuenta su presencia como profesional o profesional en formación en las redes sociales.
Este estudio concuerda con otro publicado en JAMA en 2011 “Physicians on twitter” en el que se revisaron los tweets escritos por un grupo de 260 médicos de habla Inglesa, todos ellos contaban en su haber con 500 o más seguidores. En esta investigación también se evidenciaron infracciones éticas, comportamiento poco profesional y se encontraron posibles violaciones de la confidencialidad del paciente.
En España hasta la fecha no tenemos datos al respecto pero más allá de la dualidad marca personal vs marca profesional en las redes (tema de este mes de #carnavalsalud) lo que está claro es que todo tiene un límite. En uno de los artículos se cita que se encontraron tweets que incluían narraciones de fenómenos de embriaguez, resaca o blasfemias. O por otro lado datos que afectaban a la privacidad de la información del paciente.
Como decía aquel “muy fuerte…”
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