Por mucha crisis que haya y de más, no se pueden tolerar decisiones absurdas de cara a la galería y que al final resultan perjudiciales para la organización e ineficientes.
Hay que tener mucho cuidado porque es el momento de las “ocurrencias sin sentido” y el salvoconducto de “es que no hay dinero” o “las ordenes vienen de arriba”. Pero estas situaciones al final suelen caer por su propio peso y el pez que se creía grande empequeñece.
Lo importante es no tener miedo y seguir luchando por lo que crees que es justo...es cuestión de organizarse.
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