Pestañas

jueves, 28 de abril de 2011

Que bien, evitaremos desplazamientos a los centros de salud.

Dentro de ese apartado tan ameno que constituye las noticias del Servicio Andaluz de Salud, y que en el fondo es una fuente de información de incalculable valor, y es que podemos  conocer desde que un profesional sanitario de un centro de salud se va a formar a Estados Unidos, a que en un área sanitaria están cambiado el mobiliario, hasta noticias como la que me invita a reflexionar, por que siento que serán momentos de cambios e implicará adaptación y aprendizaje de un buen uso:


De primeras, peco de no informarme antes como lo llevan aquellos sitios “pezqueñines” donde está iniciando la implantación…de todas maneras, esos sitios rurales (población a lo sumo global de 80.000 habitantes, un hospital y cuatro centros de salud) son los sitios ideales para un piloto y  termina adquiriendo vida propia en sitios mayores (digamos Sevilla 704. 198, dos mole hospitales y 33 centros de salud)
Y ahí es donde me sitúo y pienso: una herramienta tan útil como siento que es receta electrónica (abstraigámonos de las cosas a mejorar), prescripción registrada en el ordenador, que es legible, seguimiento de las dispensaciones, mayor seguridad a la prescripción, acceso al nomenclator completo, tratamiento global en una hoja... ¿su ventaja es que evitará desplazamientos a los centros de salud?. Pues la verdad es que es un poco triste la forma de venderlo y además se entre lee “el centro de salud es el lugar donde se hacen recetas”

En mi día a día a vistas de mucho: “administración”, “indicadores” “economicista”, “no clínica” “objetivos contratos programas”, en fin….” supertacañona de campana y se acabó……”, escucho mucho eso de “id a contárselo al hospital” y “que prescriban ellos y les cuente a ellos”…(prescripción inducida, prescripción inducida…..) aquí llega esa herramienta tan deseada: evita desplazamientos (noticia) y les computará a los hospitalarios y al primer prescriptor todo mas justo, ¿y entonces de que me asusto? Pues….
  1. ¿Se encargará alguien de realizar  una revisión global del paciente y de los tratamientos que recibe o se caerá en el “vaya usted a … dividiendo de nuevo al paciente?
  2. ¿Realmente se acaba con esa barrera para la modificación de la práctica clínica que es la prescripción inducida?, ¿dejaré de escuchar esto?
  3. ¿Qué implicaciones tendrá para el global del sistema sanitario?: Aunque exista la prescripción inducida, está claro que los médicos de primaria modulan la prescripción de otros médicos, adecuan, eligen otros principios activos. Los médicos hospitalarios son novedosos en el uso de lo que no aporta y es carisisimo (no os olvidéis…..de mi perfil supertacañona!!!!!). Así que yo siento que se modificará el uso de fármacos hacia otros menos eficiente…..y entonces entra mi profesión.
El seguimiento de la prescripción en recetas y la realización de actuaciones para modificar la práctica clínica en primaria y disminuir variabilidad se lleva haciendo mucho tiempo. De hecho es la razón de ser del farmacéutico de atención primaria (así lo veo yo …) sin embargo en hospital, el equipo farmacéutico está para el hospital y poco para los medicamentos que se prescriben en receta, aparte eso de los llamados "objetivos e incentivos de recetas…" en hospital brillan por su ausencia (más que la prescripción por principio activo).
¿Implica que habrá que reciclarse en hospital?. Indudablemente, porque además este trabajo no tiene porqué ser exclusivo de la profesión farmacéutica. Habrá que modificar los planes de formación para incluir este apartado dentro del conocimiento, ¿esto significará especialidad de farmacéutico clínico o farmacéutico del sistema sanitario que pueda ejercer su función en primaria o en hospital?
Y hasta cuando tenemos que estar asistiendo a este agravio comparativo entre dos perfiles profesionales,  con distinto reconocimiento.  ¿Es que para trabajar en hospital hay que especializarse y para primaria no?. Hay un equipo de gente en atención primaria que ha luchado por un lugar en el sistema sanitario, demostrando que son necesarios y con un reconocimiento escaso, negándose una y otra vez la creación de una especialidad o si no, no haciendo contratos equiparables a los compañeros hospitalarios. La historia se repite independientemente de la profesión, la primaria siempre va por detrás del hospital. Nos embelesamos por la tecnología hospitalaria.

En fin, la verdad es que todo esto son pensamientos que me vienen a la cabeza, es lo que trae la incertidumbre de algo nuevo y que tendrá implicaciones a nivel del paciente, a nivel del sistema, y a nivel profesional. Veremos por donde sale.

- by ElenaH

6 comentarios:

  1. Varias aportaciones al post:

    Coincido plenamente contigo en que no se puede “vender” los beneficios de la receta electrónica en el hospital, como “menos desplazamientos al centro de salud”, desafortunado comentario.

    Creo que los farmacéuticos de hospital (y lo sabes de primera mano) estamos perfectamente capacitados para llevar a cabo seguimiento farmacoterapéutico, evitar tratamientos ineficientes…solo se trata de apostar por ello e incrementar las plantillas con personas destinadas a estas funciones, como me consta se ha hecho en algunas CCAA. Al final la inversión sale rentable. No creo que sea necesaria una “tercera” figura farmacéutica que ejerza en primaria u hospital, si no una mayor coordinación entre ambos.

    En cuanto al eterno dilema primaria / especializada, creo que cada uno tenemos nuestro lugar, he trabajado en varias CCAA y es verdad que los farmacéuticos de primaria no tienen nada que ver en unas que en otras y eso es un gran problema, si pienso que urge reglar la formación, quizás vía residencia como ocurre en medicina.

    La automatización de los servicios de Farmacia Hospitalaria creo que es una vía de eficiencia en los procesos y un aumento de la seguridad para el paciente entre otras ventajas, ojalá se embelesasen, como dices, todos los gerentes de hospital.

    Interesante y polémico post compañera, empiezas fuerte!!!!

    Un abrazo

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  2. Buenooooo!!! cuántas cosas a comentar! y muy interesante lo que habéis contado cada uno de vosotros, Elena y Luis.

    En primer lugar, comento lo anecdótico e intrascendente, o sea, la venta política de la implantación de la receta electrónica en los hospitales. No sé si reducirá las visitas a los centros de salud o no. Pero eso no es lo importante. Lo importante es si se va a mejorar o no la calidad de la farmacoterapia con la que se trata a los pacientes y si se evitarán PRM (duplicidades, por ejemplo). Así que no voy a entrar en el análisis “simploide” del supuesto ahorro en consultas de AP.

    Pero lo otro, los asuntos del papel del farmacéutico del Sistema Nacional de Salud y el cambio de paradigma en las estrategias de gestión de la farmacoterapia en los servicios de salud que se ha producido en los últimos años (en parte originado por la implantación de las TIC) sí que son interesantes.

    Durante mucho tiempo, la prestación farmacéutica ha estado compartimentada. La causa de esta compartimentación eran los sistemas de información y los capítulos presupuestarios. La prestación “en receta” se podía explotar en la base de datos de facturación de recetas, mientras que las adquisiciones de los SFH eran un “agujero negro de la información” y se pagaban a cargo de un capítulo presupuestario diferente. Esto hacía que la actuación de los farmacéuticos de ambos niveles asistenciales fuese diferente: en el hospital se hacía hincapié en la política de adquisiciones y se “controlaba” al prescriptor a través de la unidosis y otros mecanismos, mientras que en AP el farmacéutico realizaba un seguimiento de la calidad de la prescripción explotando la base de datos de facturación y actuaba sobre el prescriptor devolviéndole información sobre esa calidad (o ausencia de ella) y proporcionándole información sobre medicamentos y recomendaciones para la prescripción.

    La prescripción externa hospitalaria (en receta) era tierra de nadie. Los “especialistas” procuraban hacer las menos recetas posibles (tenían de “secretario” al médico de AP) y, aunque inducían prescripción hacia AP, a veces no se podía imputar el origen hospitalario a esa prescripción. Es decir, parte del gasto “en receta” del hospital se imputaba a la AP. Y para el gerente del hospital, el gasto en receta era poco importante, lo importante era el gasto originado por las adquisiciones del SFH. Y para los farmacéuticos de hospital, tres cuartos de lo mismo, sólo se ocupaban de lo que compraban y dispensaban, lo importante era el paciente hospitalizado (después aparecieron los pacientes externos y ambulantes), pero el paciente de consultas externas no existía. El hospital actuaba como una “burbuja” para el SFH, que le aislaba del mundo exterior.

    El perfil del farmacéutico de hospital y de AP también era muy distinto: el de hospital debía tener una especialidad FIR y para el de AP sólo se le exigía que fuese licenciado. Esta segunda circunstancia ha provocado lo que comentaba Luis, que las actividades y perfiles de los FAP difieran mucho entre comunidades autónomas en función de su capacitación. Pero cada vez más se incorporan a plazas de AP farmacéuticos con la especialidad de farmacia hospitalaria, por su mejor formación. Desde mi punto de vista, la especialidad es un valor añadido por la formación clínica que conlleva. Aunque creo que la situación mejoraría si hubiese una especialidad FIR de farmacéutico de AP. ¿Por qué no apostamos por la troncalidad? Al fin y al cabo se trata del mismo profesional, sólo que en un nivel asistencial diferente.

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  3. (Continúa)
    Pero la Sanidad pasó a manos de las comunidades autónomas, aparecieron servicios de salud más pequeños del antiguo Insalud, se crearon estructuras centralizadas de farmacia (que debían promover políticas encaminadas a una mejor gestión de la prestación farmacéutica tanto de AP como de los hospitales) y aparecieron herramientas que permitían aunar la prescripción del paciente ambulatorio (tanto la que correspondía al médico de AP como a la del médico hospitalario) y la situación cambió. Y ahora ya no se puede seguir obviando la prescripción externa hospitalaria.

    Elena se pregunta si alguien revisará globalmente la farmacoterapia del paciente. Sí, alguien debe hacerlo y esa labor, la labor de CONCILIACIÓN del tratamiento del paciente ambulatorio, corresponde al médico de AP. Pero el médico de AP y el hospitalario deberán entenderse y llegar a acuerdos acerca de qué medicamentos deben quedar en manos del hospitalario y en cuáles sólo actúa como asesor (asumiendo que el médico de AP puede aceptar o no la recomendación que le llega de éste): ¿el médico de AP modificará una prescripción de un inmunosupresor en un trasplantado renal? yo creo que no; pero sí debe valorar si mantiene el esomperazol que ha prescrito el traumatólogo o si lo cambia por omeprazol o incluso si lo suspende.

    Y por otra parte, los farmacéuticos de ambos niveles asistenciales tendrán que trabajar más coordinadamente. Para ello, es necesario que el farmacéutico hospitalario asuma su responsabilidad sobre la prescripción externa hospitalaria y trabaje para mejorarla y que el farmacéutico de AP asuma actividades más clínicas. Ambos tendrán que reciclarse, pero opino que la exigencia de cambio es mayor en el caso del primero. No creo que deba haber una tercera figura, sino que, hay que cambiar el modelo de reparto de tareas de los farmacéuticos del SFH: ya no vale lo del farmacéutico de unidosis, de citostáticos y de nutrición. Hay que especializarse en servicios clínicos: el de oncohematología, el de especialidades quirúrgicas, etc. Y abordar todos los ámbitos de prescripción de cada especialidad médica: pacientes hospitalizados, ambulantes, externos y ambulatorios. Porque el médico en consultas externas también necesita de la asesoría del farmacéutico, también debe seguir unas recomendaciones de prescripción (aunque no haya guía farmacoterapéutica en el ámbito ambulatorio) y también debe recibir información sobre la calidad de su prescripción y lo que gasta.

    No digo que sea fácil, pero en algún momento los farmacéuticos de AP y del hospital tendrán que empezar a trabajar mano a mano. Que ya va siendo hora!!

    Un saludo,
    Cecilia

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  4. Bueno, parece que el tema es complicado, y yo debo reconocer, lo primero de todo, que lo conozco solo de pasada; entre otras cosas, porque en Castilla y León, la prescripción electrónica todavía no existe y va para largo. Así que si meto en algo la pata, rectificadme, por favor.
    Respecto a las preguntas que te haces, Elena, estoy de acuerdo con Cecilia en que la revisión global del paciente debe ser un aspecto más de la conciliación que se está llevando ya a cabo en algunos sitios al pasar el paciente de un nivel asistencial a otro; bien por médicos, farmacéuticos o enfermería. No creo que esto cambie. Si la historia clínica es compartida entre todos los niveles y profesionales, supongo que se facilitarán las cosas. En cualquier caso, el paciente irá tarde o temprano al centro de salud (sino a la primera receta, a la segunda…), igual que ahora. Tanto la receta como la historia electrónicas van a suponer, en mi opinión, un gran avance, aunque tengan también muchos inconvenientes que resolver.
    Respecto al aspecto que sugieres sobre si se resentirá la calidad de la prescripción, no tengo datos, pero es mucho generalizar decir que la prescripción de especializada es peor que la de primaria (en cuanto a novedades, eficiencia o coste). En cualquier caso, estos aspectos ya se están evaluando en las farmacias de hospital, al menos en mi comunidad. En mi servicio hay un farmacéutico que dedica un 80% de su jornada al análisis de la prescripción de consultas externas en estos sentidos y a las reuniones y consensos con los diferentes servicios y la dirección derivadas de ello. Además hace las funciones de farmacéutico de enlace con los farmacéuticos de primaria.
    Finalmente estoy de acuerdo con Cecilia en que sería mucha más lógica y eficiente una especialización de los farmacéuticos por áreas terapéuticas que por niveles asistenciales.
    Un saludo,

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  5. El tema es muy interesante y algo "delicado" gracias por vuestros puntos de vista que al fin y al cabo enriquecen el post, trabajando en diferentes niveles asistenciales y diferentes comunidades autónomas.

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  6. Bueno, bueno.
    Sin duda bastante enriquecedor. Con la feria y otras cosas se me olvidó leer que pasó. Cecilia me han gustado mucho tus comentarios y el papel de los farmacéuticos.
    Es cierto que la formación de farmacéuticos de atención primaria y hospitalaria ha sido tradicionalmente diferente,y cada vez más especialistas se incorporan al trabajo de farmacéutico de atención primaria.
    Esto aporta, formación y conocimiento de como del hospital que sirve y mucho para trabajar en primaria.
    Si, yo apuesto por la troncalidad. Apuesto por la formación especialidad en primaria. Revertiría en profesionales más preparados para ambos ámbitos, en mejor comunicación y entendimiento y en una "reingeniería del FAP y del FH" por ponernos modernos. y al fin y al cabo mejor servicio para todos nuestros clientes (médicos, enfermeros, pacientes...).
    Pero parece que esto de la troncalidad no sale...parecía que si, pero al final no.
    ¿Quien tiene la llave de todo esto?

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