El otro día en consulta uno de nuestros pacientes que venía a recoger medicación para la esclerosis múltiple me hizo una pregunta sobre una noticia que había visto en la televisión (en concreto antena 3) sobre la cladribina, uno de los últimos fármacos comercializados para esta patología.
Este tipo de preguntas no es nuevo, viene acompañado de un sentimiento esperanzador que creo que es positivo y de otro podríamos denominar negativo de precipitación o angustia que se traduce en quiero acceder al fármaco ya, el mío no me resulta efectivo.
Intenté explicarle lo mejor que pude la situación siempre desde un punto de vista tranquilizador, el clásico ejemplo de no gastar “munición farmacológica” antes de tiempo y de dar los pasos poco a poco y de manera ordenada. El paciente resolvió algunas de sus dudas y salió de la consulta con una visión mas real de la situación.
Como no había visto la noticia en el telediario me dio por buscarla y contrastar la información. El título de la noticia ya da para un comentario de texto “Ya a la venta un fármaco que consigue “normalizar” durante cuatro años el día a día de los pacientes de esclerosis múltiple”.
Pero me centraré en algunos temas más técnicos. El fármaco solo está aprobado para esclerosis múltiple recurrente muy activa clínicamente. Por su puesto, no cura la enfermedad, lamentablemente todavía no se ha conseguido ese objetivo. Su efectividad se basa en el posible control de los brotes. Evidentemente no está exento de efectos adversos, procesos infecciosos, alteraciones hematológicas o incluso la aparición de neoplasias malignas pueden ser algunos de ellos. Y por último uno de sus puntos fuertes y en lo que basan la “normalización” del día a día del paciente es por su forma de administración que apenas dura unas semanas y se habla de hasta cuatro años sin tener tratamiento. Sin embargo ya hay otras alternativas que presentan una posología similar que permite “vacaciones terapéuticas” durante un largo periodo de tiempo y en espera de datos en vida real, los ensayos nos dicen que del 20-30% de pacientes necesitan retratarse antes de esos 4 años.
En definitiva no estoy en contra de noticias sobre novedades terapéuticas en medios de comunicación masivos, siempre que sean rigurosas, presenten el lado positivo y negativo, así como moderen las expectativas creadas, algo que solemos hacer los que nos movemos en el mundo del medicamento.
Al paciente gracias por “dudar” y preguntar. Y acabo con estas palabras que a más de uno le sonarán "tranquilidad, no consuman lo que escuchan..."